Examen final al curso del 68

Jean-Gabriel Périot reúne a un grupo de estudiantes para hablar de política y recrear de forma demasiado forzada las películas del mayo francés

A la pregunta de qué es y para qué sirve un sindicato los jóvenes estudiantes de Nuestras derrotas responden que ni idea y a la de qué es la política una de ellas se basta con dos palabras: “muchas mentiras”. En mayo de 2018 ya no hay barricadas, solo millones de cámaras. Aunque lo que hoy se filma en las calles poco tiene que ver con mayo del 68, donde nacieron películas en su mayoría colectivas y anónimas o en manos de revolucionarios también de la imagen. Hay infinidad de documentos que recogen las proclamas, debates y reflexiones de los jóvenes de entonces, muchas de ellas al pie de las fábricas donde obreros y estudiantes fueron por una vez de la mano.

Medio siglo después, Jean-Gabriel Périot reúne a un grupo de estudiantes de bachillerato que durante los meses de mayo y junio de 2018, coincidiendo con los 50 años del mayo francés, hablaron de ideales e historia y de qué es para ellos hoy el compromiso social. Los alumnos, diez estudiantes de secundaria del instituto Rolland d’Ivry-sur-Seine, responden como saben o pueden a preguntas sobre dinero, capitalismo, propiedad, huelgas o los derechos de los trabajadores.

El experimento de Périot no se limita a un temario de política sino también a un juego de representación donde los alumnos reconstruyen algunas de las secuencias que se rodaron durante las revueltas del 68, invocando desde el presente los sueños e ideales perdidos de quienes una vez tuvieron su misma edad. Una película oral y coral, que podría haber estado en la línea de las fabulosas La clase, de Laurent Cantet, o Últimas conversaciones, de Eduardo Coutinho, pero a la que le falta el vigor y el talento, y quizá también el tesón y las preguntas correctas, a la hora de abordar a los jóvenes y adolescentes de ahora.

En El intenso ahora, documental sobre mayo del 68 de João Moreira Salles, el cineasta brasileño se oponía a la nostalgia por ser una pasión regresiva que afectó a miles de jóvenes que no supieron sobrevivir al momento histórico que les tocó vivir. Medio siglo después, a los nietos de aquellos jóvenes ya no les interesan las premisas del pasado y esa indiferencia se cuela de forma tediosa en toda esta película.

 

Elsa Fernandez Santos
El Pais
24 julio 2020